Lenguaje, cultura y sociedad
Desde este
enfoque, los fenómenos comunicativos se analizan tomando en cuenta
el marco o medio sociocultural en el que se producen. La etnolingüística
y la antropología lingüística enfatizan los condicionantes
étnicos y culturales en la comunicación y el uso lingüístico,
mientras que la sociolingüística se interesa por investigar
las variables de dicho uso relacionadas con las características
propias de los distintos grupos sociales.
Entonces,
el uso lingüístico no es un fenómeno aislado, sino
una conducta contextual, que no puede extraerse de su medio. Junto con
esta idea, las ciencias del lenguaje han aceptado otros conceptos relacionados,
por ejemplo: competencia comunicativa (no importa lo que se dice, sino
lo que se dice en cada situación para que sea adecuado con sus
propósitos); comunidad de habla (grupo que comparte las mismas
normas de uso); repertorio lingüístico (conjunto de variedades
que domina un individuo o sociedad; hecho o suceso de habla (unidad de
análisis apropiada para las tareas descriptivas y comparativas).
En cuanto
al contacto de lenguas, ésta es un área que ha tomado importancia
y despierta gran interés entre los lingüistas aplicados, pues
el multilingüismo es un fenómeno que cada vez es más
habitual y generalizado, y que afecta a más comunidades cada día.
Según Uriel Weinreich, los efectos que el contacto provoca en el
uso de los códigos son: a) las consecuencias lingüísticas
o estructurales del contacto de lenguas, b) la problemática del
individuo bilingüe, y c) la problemática social del multilingüismo.
Dentro de estas consecuencias estructurales, la más evidente es
la interferencia de una lengua dominante en otra. Se habla también
de préstamo e integración.
Otro fenómeno
de interés es el cambio o mezcla de códigos, donde se origina
una alternancia de fragmentos discursivos en diversas lenguas. En oposición
a la interferencia, este caso es más consciente y los hablantes
llegan a emplearlo como un procedimiento metafórico con valor expresivo.
Finalmente, tenemos un fenómeno que consiste en el nacimiento de
nuevas variedades o pidgins, las cuales pueden convertirse en la lengua
materna de una comunidad.
Otras disciplinas
importantes en esta área son: la planificación lingüística,
el análisis del discurso, el análisis contrastivo y la traducción.
La planificación lingüística se concentra en el estudio
del análisis de los procesos sociales de mantenimiento o sustitución
lingüísticos, con el fin de proponer medidas concretas que
permiten introducir cambios en la situación en función de
unos objetivos determinados. Es una disciplina que puede ser concebida
como parte de la sociolingüística aplicada, aunque también
toma en cuenta los aspectos políticos de una situación lingüística.
Cabe señalar la distinción básica que se establece
en este campo: la planificación del corpus de una lengua, y la
planificación de su estatus. En lenguas minoritarias se observa
una situación sociolingüística desfavorable que beneficia
a la otra lengua. Cabe destacar la diferencia entre los términos
lengua minoritaria y lengua minorizada: el segundo identifica con mayor
claridad el proceso de arrinconamiento a que se ve sometida. Los objetivos
de una planificación lingüística concreta consisten
en favorecer un proceso, o pueden intentar frenarlo. La promoción
de una variedad, o sea la estandarización de una variedad es un
proceso que pasa por cuatro fases según Einar Haugen:
- Selección
de una variedad
- Codificación
de una variedad
- Implementación
- Elaboración
Según
Xavier Lamuela, una lengua estándar se caracteriza por:
- Unidad
formal
- Complexión
formal
- Diferenciación
lingüística
- Funcionamiento
autónomo
El análisis
del discurso se ocupa del estudio de los productos lingüísticos
como manifestaciones de la capacidad humana de lengua. Se diferencia de
la lingüística textual en que esta última se basa en
los presupuestos de la lingüística y la teoría gramatical,
concentrándose en la capacidad textual en detrimento de la práctica
textual. Los datos utilizados tienden a formular modelos teóricos
que expliquen los textos escritos. El análisis del discurso, por
otro lado, tiene una orientación de menor abstracción teórica,
y trabaja con la lengua oral, incorporando el contexto de producción
o recepción del texto, y por lo tanto alejándose de la teoría
del lenguaje. Cabe destacar la diferencia entre texto (acción verbal),
contexto (el medio en el que se produce) y el discurso (el texto en relación
con dicho medio). Los productos lingüísticos también
tienen rasgos esenciales como coherencia (ordenación interna),
cohesión (nexos enlazando los elementos y coherencia con el contexto.
Se pueden adoptar diferentes orientaciones al estudio de los productos
textuales, como por ejemplo el análisis estadístico que
se ha aplicado en el estudio del estilo y el análisis de textos
persuasivos. Una orientación actual es el análisis de la
conversación, que es una correlación múltiple (psicología,
sociología, antropología, etnografía) que constituye
una fuente capital de datos para la lingüística.
Por su parte,
el análisis contrastivo consiste en un conjunto de técnicas
de comparación con un fin práctico. No obstante, también
resulta útil para objetivos teóricos como la reconstrucción
lingüística y el estudio sobre los universales lingüísticos.
El análisis contrastivo se desarrolló en los sesenta y setenta
de manera paralela con problemas planteados por el aprendizaje de segundas
lenguas y la traducción. Existen dos concepciones de esta rama:
el análisis contrastivo como lingüística contrastiva
(amplio sentido), o el análisis contrastivo restringido a la enseñanza
de lenguas. Las áreas comparables entre lenguas que estudia el
análisis contrastivo se pueden agrupar en torno de identidad, contraste
o distinción. Como otras disciplinas de la lingüística,
el análisis contrastivo tiene dos dimensiones: una vertiente macrocontrastiva
y otra microcontrastiva. El análisis de errores, que se desarrolló
como técnica complementaria del análisis contrastivo, funciona
como verificación del proceso de enseñanza. Cabe mencionar
que hoy en día se considera más válido que el estudio
de interferencia en los procesos de aprendizaje (análisis contrastivo).
El análisis contrastivo sigue siendo un campo sumamente relevante
para la enseñanza de lenguas, y sobre todo como disciplina que
soporta la traducción, porque nunca se podrá borrar la interferencia
de la L1 en dichas tareas. Se necesita tanto una teorización a
priori (análisis contrastivo) como una a posteriori para llegar
a resultados equilibrados.
En cuanto
a la traducción, ésta es una actividad interdisciplinaria
y representa uno de los campos por excelencia de la lingüística
aplicada. Traducir supone una actividad doble: adentrarse y dominar la
terminología de dos lenguas y entender las dos culturas con sus
respectivas visiones del mundo. La traducción implica establecer
equivalencias interlingüísticas, en lo que coincide con el
análisis contrastivo. La traducción presenta diversas modalidades:
la interpretación, que es la traducción oral, se realiza
simultánea o consecutivamente y permite cierta libertad, siempre
que se reconstruya el significado e intención general de la fuente.
Catford establece cuatro modalidades de traducción: a) traducción
completa, b) traducción parcial, c) traducción total, d)
traducción restringida. Traducciones completas y totales de textos
resultan difíciles, dado que no todos los niveles se pueden reproducir
de manera literal en la otra lengua. También resulta imposible
traducir literalmente los registros, dobles sentidos, y las unidades culturales
propias de una lengua. Sin embargo, el autor olvida incorporar la traducción
técnica, que abarca un noventa por ciento del mercado de traducciones.
Este tipo de traducción exige mucho más que adentrarse en
y dominar dos lenguas, se trata más bien de cierta metodología
y procedimientos de investigación y comparación que el traductor
técnico debe dominar.
Finalmente, es necesario considerar las diferentes aplicaciones de la
lingüística aplicada en la solución de problemas sociales
reales. Un primer ejemplo es la planificación lingüística.
Cabe señalar aquí la relación entre una planificación
lingüística y una tendencia hacia un mayor nacionalismo, o
una mayor emancipación de una región, país o estado.
Un caso es el de la política lingüística actual de
Flandes, la cual ha cambiado mucho en los últimos años.
La emancipación de la lengua flamenca se ha ido dando paralelamente
a la del estado de Flandes. En las últimas décadas, se han
incorporado dialectismos, regionalismos y galicismos a la lengua estándar
hablada en Flandes, es decir, se ha podido atestiguar el nacimiento de
una nueva lengua estándar, donde antes sólo existía
una lengua estándar para los Países Bajos y Flandes: el
neerlandés de los Países Bajos.
subir |
|