Unidad 5 Lingüística Aplicada y enseñanza de lenguas
¿Cómo apoya la lingüística aplicada al profesor de lenguas?
Por: Rolando Adrián Abúndez Ramírez
roling@excite.com
Reportes de lectura

Introducción

La lingüística aplicada es una disciplina relativamente nueva y por ello mismo no es raro que los investigadores y gente relacionada con este campo del conocimiento aún no se pongan de acuerdo en definir lo que ésta es. Podemos decir que hay una tendencia muy fuerte que ve a la lingüística aplicada como el saber que está íntimamente relacionado con la enseñanza de lenguas. Como lo dice H. Douglas Brown (1980):

“las áreas más típicas de esta aplicación [de la lingüística aplicada] son la enseñanza de lenguas y la enseñanza de la lectoescritura, la redacción y otros aspectos de la lengua materna. En la tradición británica, ‘lingüística aplicada es casi sinónimo de enseñanza de lenguas, aunque la aplicación de la lingüística podría ir bastante más allá de los temas pedagógicos” (p. 231, traducción de Beatriz Gabbiani)1

Siendo esto así, lo que pretendo discutir en este ensayo es el papel de la lingüística aplicada en el salón de clases, y cómo se acerca el profesor de lenguas a los conocimientos que día con día esta disciplina genera. Para ello, tomaré la posición de Rod Ellis (1997) para definir lo que un lingüista aplicado es: “alguien que recurre a una variedad de disciplinas ( tales como las de adquisición de lenguas) para desarrollar teorías que puedan ser usadas para informar y guiar algunas actividades prácticas (en este caso la enseñanza de lenguas).”2
Una vez dada esta definición, vemos claramente cuál es el papel del lingüista aplicado y cuál el del profesor de lenguas. Por una parte, el primero es quien posee el saber ‘técnico’, es decir, el conocimiento que es adquirido deliberadamente, ya sea por medio de una reflexión profunda y metódica acerca de un problema específico o gracias a una investigación empírica. Mientras tanto, el profesor de lenguas es quien posee, generalmente, un conocimiento práctico; un conocimiento que le permite resolver sus necesidades dentro del salón de clases, pero del cual no siempre es consciente.3

A primera vista nos encontramos con algunos problemas. El primero de ellos es la evidente disociación de ideas entre los que generan teorías o hipótesis acerca de un fenómeno, la adquisición de lenguas en este caso, y los que las ponen en práctica. Si bien los investigadores que comenzaron a trabajar en problemas relacionados con adquisición de lenguas durante los años sesentas y setentas, lo hicieron con una perspectiva pedagógica, esa orientación poco a poco se ha ido transformando de manera que en nuestros días, una gran parte de la investigación hecha sobre adquisición de lenguas no se relaciona, o por lo menos no tiene entre sus objetivos principales, el aspecto pedagógico. Por otra parte, los profesores no son necesariamente investigadores, ni teóricos que estén revisando teorías periódicamente para estar al tanto de los últimos avances o descubrimientos relacionados con la enseñanza de lenguas y la adquisición de las mismas, aunque en años recientes ha surgido un movimiento de lingüistas aplicados que promueven la investigación dentro del salón de clases y pretenden hacer del profesor de lenguas un investigador que trabaje en lo que se ha llamado Collaborative Action Research4, investigación que ha sido bien recibida por parte de los docentes pero puesta en tela de juicio por los lingüistas, tema que por resultar sumamente extenso no trataremos aquí.
Revisando la historia de los métodos para enseñar lenguas encontramos algunas soluciones al problema de cómo dos conocimientos distintos, el ‘técnico’ y el práctico, han podido encontrarse y sacar provecho cada uno del otro.
La fórmula a grosso modo es elemental: los investigadores generan teorías, hipótesis o métodos y los profesores los ponen en práctica. El éxito o fracaso de los mismos se confirma en los alumnos y estos fracasos y éxitos llevan a la formulación de nuevas teorías o la revisión de las mismas.

Sin embargo, la realidad es un poco más complicada y aunque en teoría esto sí funciona, en la práctica, las nuevas ideas o teorías relacionadas con la enseñanza de lenguas no llegan al salón de clases tan pronto como salen los reportes de investigación en las publicaciones periódicas. De hecho, los investigadores son cautelosos en este aspecto. Ellos, nos dice Ellis (1997), tienen sus reservas en cuanto a la aplicación inmediata de alguna nueva teoría, en el salón de clases.
Todo maestro de lenguas, con cierta experiencia en el área, sabe que una de las formas en que las nuevas teorías relacionadas con la adquisición de lenguas se manifiesta es en los libros de texto que continuamente salen al mercado. En ellos se ven reflejadas las tendencias educativas que se niegan a desaparecer y también las nuevas tendencias, propuestas por algunos investigadores, que intentan ver a la adquisición de lenguas desde una perspectiva nueva o distinta. La última gran oleada de ideas que hemos visto desarrollarse es la introducción del “enfoque comunicativo”.
La lingüística aplicada es de suma importancia para los profesores de lenguas porque es ella quien da un fundamento teórico a los métodos y técnicas que los maestros usan. Así, mientras los investigadores están preocupados en establecer criterios de verdad en fenómenos de adquisición de lenguas y muchos otros temas, los maestros están interesados en encontrar cosas que funcionen en el salón de clases5.

La mejor forma en que los lingüistas aplicados y los profesores de lenguas se relacionan positivamente es quizás cuando los primeros son vistos en calidad de consultores, es decir, como profesionales que orienten a los maestros a encontrar posibles soluciones a los problemas que se presentan cotidianamente en el salón de clases. Por otra parte, el profesor puede contribuir y formar parte de las investigaciones dado que es él quien más cerca está de los resultados que cierta teoría o hipótesis puesta en práctica genera al aplicarse. Los investigadores son entonces productores de conocimiento mientras que los maestros son generalmente consumidores del mismo, por ello la comunicación entre ambos es cada vez más necesaria.

Desafortunadamente, la comunicación que podría establecerse entre investigadores y profesores no siempre es del todo clara. Prueba de ello son los malentendidos que se dan en la percepción de conceptos. La razón de ello es que los profesores manejan un discurso distinto al de los investigadores por lo que es necesario que exista un lugar común en el que ambos hablen el mismo idioma. ¿Es ésta una tarea para el lingüista aplicado?

En suma, podemos decir que la lingüística aplicada es una disciplina en la que los profesores de lenguas encuentran la base teórica y razón de ser de los métodos y actividades que desarrollan en el salón de clases. Al mismo tiempo, los lingüistas aplicados e investigadores de áreas afines generan nuevas ideas y formas de ver la adquisición de lenguas y otros problemas relacionados con la enseñanza/aprendizaje, que aunque no son recibidas de manera inmediata por los profesores, estos nuevos saberes llegan finalmente a las aulas a través de los libros de texto.

Es posible que los investigadores entren en contacto con los maestros de lenguas siendo los primeros consultores y los segundos informantes de fenómenos lingüísticos, siempre y cuando ambos hablen con los mismo términos.

Es importante tener profesores de lenguas que cada día estén más y mejor informados, sin pretender que éstos se conviertan todos en investigadores y por otra parte, resulta primordial que los investigadores se acerquen nuevamente al salón de clases para que sus productos beneficien eficazmente a quienes están involucrados en el fenómeno de la adquisición de una lengua.

1. Tomado de: Curcó Carmen, et al (2002) Contribuciones a la lingüística aplicada en América Latina, CELE-UNAM
2. Ellis, Rod (1997) SLA Research and Language Teaching, Oxford University Press (La traducción es mía)
3. Véase, Ellis, Rod, Op. cit. p. 7-10
4. para un estudio más profundo de este tema véase Burns, Anne (1999) Collaborative Action Research for Language Teachers, Cambridge University Press.
5. Ellis, Rod, Op. Cit. p.20-21
6. Para un análisis más prorfundo de este tema véase: Cook, Guy and Barbara Seidlhofer, Editores(1995) Principle and Practice in Applied Linguistics, Oxford University Press, capítulo 3



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BIBLIOGRAFÍA

• Curcó Carmen, et al (2002) Contribuciones a la lingüística aplicada en América Latina, CELE-UNAM.

• Ellis, Rod (1997) SLA Research and Language Teaching, Oxford University Press.

• Burns, Anne (1999) Collaborative Action Research for Language Teachers, Cambridge University Press.

• Cook, Guy and Barbara Seidlhofer, Editores(1995) Principle and Practice in Applied Linguistics, Oxford University Press.

Actividades de la Unidad 5