En la antigüedad, no había burros en la región de Qianzhongdao y la gente común no conocía su aspecto y carácter. Regresando de un viaje, un hombre trajo consigo un burro, pero en ese momento no sabía qué hacer con él, así que por piedad lo liberó al pie de una montaña. Allí mismo andaba un tigre que buscaba comida y vio al burro a lo lejos. El tigre nunca había visto a un burro. Notó que su aspecto muy bravo y fiero, también que sus orejas eran muy largas y que no tenía garras. ¡Qué animal tan temible!, pensó. El tigre estaba un poco asustado, así que pensó mejor no molestarlo por ahora y observarlo durante un tiempo. Por unos días, el tigre se quedó escondido en el bosque observando el comportamiento del burro. Aunque aún no lograba entender qué era realmente, el tigre creyó que no parecía ser muy feroz, así que decidió acercársele un poco. Un día, mientras el tigre se arrimaba lentamente, el burro de repente levantó la cabeza y lanzó un largo rebuzno. Su voz fue tan fuerte que el tigre, espantado, dio la vuelta y se echó a correr. Cuando llegó a un lugar lo suficientemente alejado, se volvió para observar al burro. El tigre pensó que el burro no parecía tener alguna habilidad particularmente amenazante. Después de algunos días más, el tigre se acostumbró a los rebuznos, así que poco a poco volvió a acercarse al burro; de vez en cuando, se rozaba contra su cuerpo para molestarlo. El burro perdió la paciencia, levantó sus pezuñas y le dio una patada. Por un rato, el tigre se quedó sobresaltado, pero cuando notó que el burro ya no hizo otro movimiento más, por fin lo entendió todo. El burro no tenía más que esas dos mañas: rebuznar y echar patadas. El tigre se regocijó y le perdió todo miedo al burro. Incluso se burló de él diciendo:
—¡Solo eres un grandulón inútil! Al parecer, con esto se agotan tus tácticas.
En cuanto terminó de hablar, se abalanzó sobre el burro, se lo comió y después se alejó muy contento.

Traducción: Karla Andrea Romero Oropeza, Generación IV, Licenciatura en Traducción

Este proverbio es una metáfora para las habilidades limitadas que además terminan por agotarse.

Traducción: Karla Andrea Romero Oropeza, Generación IV, Licenciatura en Traducción

Amiguitos, en el cuento el burro parece ser feroz, pero no tiene ninguna habilidad amenazante. Cuando el tigre lo entendió al fondo, se lo comió. Por eso, lo que debemos hacer es desarrollar habilidades reales.

Traducción: Karla Andrea Romero Oropeza, Generación IV, Licenciatura en Traducción